20 de abril de 2006

Navegando hacia Avalon: Retorno al Hogar de nuestro interior


La Sagrada Isla de Avalon ha sido motivo de muchas historias distintas, la que más comocemos es la leyenda del Rey Arturo y su hermana Morgana. Es este el relato que haré hoy, pues un amigo me preguntó (despues de mostrarle la página) y... ¿qué es avalon??... Amigo aquí va la respuesta, las fotos en su mayoría las he tomado de la película "Las nieblas de Avalon" basada en el libro homónimo de Marion Zimmer Bradley:

Avalon fué la Isla donde se refugiaron las Sacerdotisas y Druidas del antiguo culto a la Diosa, la madre de todos los seres vivientes según la tradición Celta. Es en esta isla donde se desarrolla la siguiente historia:

"En la época de las invaciones de los sajones a lo que ahora es Inglaterra los reyes de los pequeños pueblos se reunieron para rechazar a los bárbaros sajones, el Rey supremo era antes elegido por el césar en Roma, pero el imperio romano recién había caído y reinaba el desorden en sus provincias. En este panorama el legítimo sucesor del último Rey Supremo fué Uther Pendragón, el cual fué reconocido por los reyes menores y la comunidad tribal, es decir los pueblos celtas que aún quedaban. Sin embargo esta aceptación tuvo un precio muy alto pues la codicia de otros reyes (como Lot de Lothian) causó varias rencillas entre ellos. Uno de los duques principales del reino, Gorlois, estaba casado con Igraine de Avalon, hija de la suprema sacerdotisa,( a quien sucedió en el cargo Viviane, la hermana de Igraine), Igraine era la encargada de custodiar a su otra hermana: Morgause, a quien casaron con el rey Lot.
Gorlois e Igraine tuvieron a Morgana, quien siempre tuvo el don para ser profetisa y sacerdotisa de la Diosa. Gorlois era cristiano y se oponía a tales costumbres (como todos los cristianos de esa época, trataron de demonizar la antigua religión)

Igraine conoció a Uther Pendragón y se enamoraron de inmediato, Gorlois se entera y trata de desafiar al Rey Supremo, pero finalmente muere en una escaramuza con las fuerzas del Rey.

Una vez muerto Gorlois, Uther con la ayuda del Merlín de Inglaterra (esto es el Druida más sabio que ayuda en el consejo del Rey), llega hasta Igraine y la desposa. Fruto de esta unión nace Arturo.

En la corte muchos tratan de ganar el trono de Rey Supremo y más de una vez tratan de matar a Arturo, por ser el sucesor al trono. debido a esto Merlín oculta al niño que es criado como un noble campesino, ignorando su origen real. Morgana a su vez es reclamada para ser sacerdotisa de Avalon y por esto se separan en la infancia.

En Avalon Viviane, la Sacerdotisa, recibe y educa a Morgana para el servicio a la Diosa y llega a ser para ella como la hija que nunca pudo tener. Morgana Crece como una gran mujer, que llega a tener en sí la plenitud de ser mujer, cuando conoce a Lancelot, hijo de Viviane, de quien Morgana se enamora perdidamente. Pero Lancelot justo en este momento de conocer a Morgana y empezar a sentirse atraído por ella, conoce por casualidad a Ginebra (Guinievre o también Gwenhywfar) y es entonces Lancelot quien se anamora perdidamente de la niña rubia y ésta de él.

Luego de su decepción Morgana decide seguir sólo las instrucciones de Viviane, y se prepara para entregar su virginidad en un ritual ancestral según el cual el nuevo Rey debe demostrar que es merecedor del trono y la fiesta culmina con la unión a la diosa y a la tierra encarnada en una jóven virgen. el asunto es que el jóven que debe ser rey es Arturo y la virgen escogida es Morgana aunque ninguno lo sabe y no se han visto desde que eran muy pequeños.

Después de consumada la unión Arturo le jura amor a Morgana y luego de esto descubren que son hermanos... ambos quedan consternados, Morgana vuelca todo su enojo con Viviane, pues ésta debia saber que Arturo era el joven a quien Morgana se iba a entregar. Pese a esto Morgana continúa con el ritual y teje la vaina mágica para la espada sacrada de Arturo. Luego Morgana huye de Avalon y Arturo trata de seguir su vida de Rey Supremo, pues su padre había muerto.

Para esto busca esposa y aunque sigue enamorado de Morgana, acepta a Ginebra como mujer, a quien Lancelot le presenta.

Morgana huye a Lothian para dar a luz a su hijo, y alli su tía Morgause descubre la verdad y le ofrece criar al niño como si fuese su hijo. Morgana vuelve a la corte y alli se suceden muchos enredos, en los que finalmente se descubre la unión incestuosa de Morgana y Arturo. Ginebra se sumerge en un catolicismo desesperado para tratar de ocultar la pasión que siente por Lancelot y para superar su frustración por ser estéril.

Finalmente Arturo acepta a su hijo Mordred como heredo al trono pero éste amargado y envenenado por Morgause que siempre quiso conquistar el poder, lucha y se rebela contra Arturo y ambos mueren en combate.

Morgana lleva a Arturo hacia Avalon para su descanzo final y arroja Excalibur a las aguas que separan Avalon del mundo corriente...

Y eso es a grandes rasgos y muy resumido una de las versiones de la leyensa de Avalon. Hay muchas pero depende de cada uno buscar la que tenga mayor significado para nosotros.

La parte histórica de todo esto es:

Arturo es un rey semilegendario cuya existencia fue contada por primera vez por Nenius, un historiador del siglo IX. Esta primera historia fue aumentada por Godofredo de Monmouth, que describió la juventud e Arturo y sus relaciones con el mago Merlín. Después será el poeta Normando Wace, quien terminará de dotar al mito de Arturo de sus episodios definitivos y más famosos creando la Tabla Redonda en el Roman de Brut.

Del Arturo histórico hay varias teorías, una de ellas afirma que era un cabecilla militar que nació en algún momento entre el siglo V o VI no se sabe si en Gales, Cornualles o el centro de Inglaterra. Su título era Duque de Britania y como tal, dirigió los ejércitos de diversos reyes locales que luchaban entre sí disputándose las tierras que los romanos habían dejado vacías el siglo anterior.Parece que convenció a los reyezuelos locales para que dejaran sus propias luchas, y se unieran para luchar contra los nuevos invasores sajones, concediéndole el mando del ejército así formado. Al parecer formó una partida de guerreros a caballo que fue una primitiva Orden de caballeros de la Tabla Redonda y su movilidad, conocimiento y adaptación al terreno, les permitieron enfrentarse al nuevo enemigo que ocupaba el territorio.

Normalmente atacaban y se retiraban rápidamente para reaparecer muy lejos y atacar de nuevo. Esta táctica les dio muchas victorias y debió ser en esta época cuando empezaron a urdirse las primeras leyendas. Gracias a estas técnicas de lucha de los britanos, los sajones solo pudieron ocupar pequeñas partes del territorio, lo que hizo que terminaran mezclándose ambos pueblos y originaran lo que hoy llamamos pueblo inglés, que permaneció inalterado hasta el siglo XI, en que llegaron los normandos. Hay también varios datos que parecen ratificar la idea de que fue un jefe tribal del clan de los cimbos que lucharon contra los anglosajones. El primero es que en los dialectos celtas y galeses Arturo o Artús significaba oso, y en algunas sociedades primitivas el jefe adoptaba el nombre del tótem del grupo. Otra es que los druidas llamaban a la constelación de la Osa, El Carro de Arturo.

Te puedes encontrar también alguna teoría que apunta a que fue un general romano, que permaneció en Britania cuando las Legiones romanas la abandonaron. Por eso se le ve tratando de imponer la supremacia de la ley tras la barbarie y el caos que siguió a dicho abandono.En realidad no se sabe si realmente existió Arturo. Lo que sí es cierto es que su mito tiene muchas reminiscencias celtas, mezcladas con otras netamente cristianas.

3 de abril de 2006

APRENDE DEL BAMBU JAPONES

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra, no se para impaciente frente a la semilla sembrada, llenándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por Favor, crece!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en No Apto para Impacientes: Siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla aparentemente durante los primeros siete años. A tal punto que, un cultivador inexperto, estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas... la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!
¿Tardó sólo seis semanas en crecer?. No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.


En la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.

Es tarea difícil convencer al impaciente de que sólo llegan al éxito aquellos que se mantienen en forma perseverante y coherente (no los tercos e ilusos) y saben esperar el momento adecuado. De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), recordemos el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que en tanto no bajemos los brazos ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice. El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un tiempo... Como nos cuestan las esperas!
Que poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos... Apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apuramos al chofer del taxi... Nosotros mismos hacemos las cosas apurados, no se sabe bien por qué...


Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés... ¿Para qué?

Te propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación. Gobernar aquella toxina llamada impaciencia, la misma que nos envenena el alma. Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... quizá solo estés echando raíces...

(extraído de http://www.magikas.com.ar/ )