3 de febrero de 2010

Mujer: Un misterio sagrado

Hace tiempo que tenia gana de sentarme a crear en este rincón de la web... Y justo ahora leí un articulo sobre lo sagrado de los ciclos de la mujer y chan! se abrió la compuerta de la creatividad, retomando un tema que durante mis años de iniciación de sacerdotisa de la Diosa fue primordial: retomar los ciclos de la Madre Tierra al ser consciente de nuestros cambios corporales, descubrir en nosotras el poder de la vida.

Como dice en su Libro Cosmología Pleyadiana Bárbara Handclow, "las mujeres somos las portadoras de la Diosa. En cualquier sistema, la Diosa, la especie femenina, decide donde se establece el hogar -el sitio- y, por lo tanto, son las guardianas del lugar. Con esto no se quiere decir que las mujeres no puedan ser guerreras o reyes; lo que quiere decir es que ellas tienen un conocimiento intuitivo en lo que se refiere al verdadero propósito de un lugar y deberían ser consultadas en todo cuanto atañe al hogar". Esta es una de las cosas que el patriarcado nos ha hecho olvidar y mas aún nos ha hecho sentir que la mujer es inferior al hombre, cuando la verdad es, que somos iguales, el complemento perfecto para existir, procrear y vivir en armonía con el universo y nosotros mismos. Tenemos el don de ser las transmutadoras, las que reciben en su cuerpo la transformación del espíritu y se genera la encarnación de una nueva vida. Esto bastaría para que socialmente viviesemos con plenitud cada encarnación femenina, regocijandonos de experimentar la Tierra en nosotras.



Entender aceptar, reconocer e identificarse nuevamente con el ciclo femenino es un gran desafío actualmente, viviendo en una sociedad machista que durante milenios ha degradado a la mujer y ha ridiculizado nuestros ciclos femeninos, poniendo tabúes sobre la sangre menstrual o parodiando los cambios emocionales con adjetivos como: "histérica", "hormonal", "anda en sus dias" o enseñando que el sangramiento menstrual es sucio e indigno; cada día se nos enseña que el flujo mentrual es algo que "no debemos notar", que debemos esconder, como si nuestro flujo nos hiciera "inferiores" frente a los hombres. Durante milenios se nos ha avergonzado de llevar en nuestro interior la manifestacion de la rueda de la vida, pues no solo se nos ha enseñado que nuestra sangre es algo sucio, sino que ademas se ha degradado el resto de los flujos de nuestro sexo, llegando al punto que hoy en dia la mayoria de las mujeres no saben reconocer sus dias fertiles, o deben usar lubricante sexual artificial para tener relaciones sexuales o es más, debido al uso de pastillas anticonceptivas han perdido su ciclo viviendo cada mes una falsificacion de los ciclos hormonales que nos hacen ser mujer y por lo tanto se produce una severa alteracion emocional que es uno de los factores que causa tanta enfermedad mental en nuestra sociedad.

Es como si los antiguos patriarcas hubiesen tenido temor ante los misterios que nos conectan con el lado más animal del ser humano, ese que nos recuerda que pese a los "avances" somos animales de sangre caliente y que cada hembra vive su propio tiempo mediante el calendario que nos ha dado la naturaleza. Vertiendo cada mes el poder de la sangre femenina que nos conecta a la madre tierra o ignominiando la sangre del parto, ese gran instante que nos trae a la vida. Distorcionaron la reclusión del flujo lunar y del flujo post parto, momento en que las mujeres sentimos nuestra fuerza femenina al máximo y la convirtieron en un momento Tabú: enseñaron a los hombres que en esos dias las mujeres son "impuras" y no deben ser tocadas...
Antes la sangre menstrual era un tributo a la fertilidad de la Tierra y se usaba para agradecer a la Gran Madre por las cosechas, pero cuando llegaron los cultos machistas, se rechazó la sangre menstrual a la Tierra y se reemplazó por el sacrificio de niños y virgenes a los nuevos "dioses", para obtener la bendición de los campos.

Las antiguas vieron una misteriosa identidad entre el ciclo menstrual y el lunar, y esta identidad se basó en la observación de que los dos ciclos, tenían veintiocho días de duración, pasando ambas, las mujeres y la luna, por cuatro fases similares. Esto es considerado uno de los dones de la Diosa mediante el cual nos podemos sintonizar con los ciclos de la vida y la muerte de nuestra Tierra, mediante nuestra similitud con el espejo de la Diosa: La Luna.

Debemos pues retomar nuestra escencia femenina y no avergonzarnos de vivir un ciclo donde en un mes repetimos el milagro que se da con las cuatro estaciones del año.

3 comentarios:

Angeles dijo...

querida amiga!! que hermoso, como siempre tan Diosa ella.. muy linda tu reflexion, jaja y lo de cupido.. na, si no me corresponden, asi k cupido se equivoco :P, te quiero mucho amiga, echo d emenos tus consejos de diosa!! te kierooo

Valwen Anarien dijo...

http://www.prodiversitas.bioetica.org/prensa6.htm

Valwen Anarien dijo...

Una pagina muy interesante para visitar!!

http://lasdiosaslunas.blogspot.com/