Mabon
21 de Marzo, hemisferio Sur. 21 de Septiembre hemisferio Norte
Otros nombres, misma festividad: la festividad de Mabon (pronunciado MAY-bun) es también llamada Fiesta de la Cosecha, Día del Banquete. También se conoce como Fiesta de la vendimia, fiesta de Avalon, Equinozio di Autunno (Strega), Alben Elfed (caledonios). Los Teutones lo llamaban Búsqueda del Invierno.
El mes de Septiembre era conocido en la cultura celta como Haleg-Monath, literalmente, el Mes Sagrado, donde se ofrecían libaciones a los árboles de los bosques. También se conoce como Chung Chiu en china, fiesta que marca el final de la cosecha del arroz; el Succoth, festival judío de la cosecha, coincide con Mabon; se llamaba Fiestas Dionisiacas, en Roma, para celebrar la cosecha de la uva y se celebraba bebiendo vino del año anterior, tanto como pudieras aguantar antes de caer borracho al suelo.
Se cree que el nombre de Mabon deriva de Mabon ap Modron,un dios consorte galés, un equivalente a Cerunnos. Otros dicen que, al ser el portador del otoño, podría vérsele como una versión masculina de la Perséfone grecolatina.
Astrológicamente, Mabon es el momento del año en que el Sol entra en el signo de Aries y el día y la noche igualan su duración.
En Mabon celebramos, principalmente la abundancia y el equilibrio. Es tiempo para celebrar y agradecer la abundancia y generosidad de la Tierra, la Diosa (el principio femenino) y la luz y la energía del Sol (el principio masculino). Gracias a ese equilibrio universal obtenemos todos los bienes y es el momento de festejarlo.
El día y la noche son de igual duración pero el equilibrio se inclinará hacia el invierno, la oscuridad, inactividad y la decandencia. Es el equinoccio de otoño, es la terminación de las cosechas iniciadas en Lughnasadh. Nos preparamos para la ausencia del Dios. Están igualadas las fuerzas masculinas y femeninas de la Naturaleza.
Es el segundo festival de la cosecha, la recogida y el almacenamiento del maíz: el fin de la cosecha. La segunda cosecha afecta a la fruta del invierno y la uva. Poco a poco la naturaleza se prepara para el invierno que se acerca y comienzan a caer las hojas, es un tiempo de descanso y recogimiento. Como las hojas que caen, los árboles nos invitan a desprendernos de aquello que nos es innecesario para continuar, nos acercamos a la etapa de la muerte para volver a renacer. Celebrar los bienes que nos otorga la Madre Naturaleza es algo inherente a todas las religiones y a todas las culturas, una esas coincidencias ancestrales que vienen desde la raíz de los tiempos. Una buena cosecha era algo crucial en los tiempos antiguos porque de eso dependería la supervivencia del pueblo o tribu durante el invierno.
Se celebra con la familia y la comunidad los dondes de la Madre. Es la festividad donde damos gracias por las cosechas del año. Por otra parte, recordemos que estamos entrando en la mitad oscura de la Rueda del Año, el Dios viaja hacia las Sombras (que culminará en Shamain) y damos la bienvenida a la Diosa en su faceta de Anciana. Ahora es el momento para hacer trabajos mágicos que tengan que ver con lo interior, con el viaje hacia dentro de uno mismo.
Los rituales pueden celebrarse con la cara pintada de blanco y negro, en medio de un círculo, bailando la danza sagrada de la espiral de la vida. Al amanecer, se recibel a salida del Sol. No deben celebrarse hechizos o trabajos, no tendrían la luz suficiente para que saliesen bien.
El Dios se prepara para morir y la Diosa pasa a ser la Anciana pero, en su interior, ya es la Doncella y lleva la semilla del Dios, que renacerá en Yule. Celebra la naturaleza dual de la vida y la muerte. Pasado y futuro están unidos.
Es tiempo de descanso, reflexión y celebración. Nos preparamos para el frío invierno. Buen momento para el estudio de hierbas, la meditación y la introspección. Tiempo de equilibrio y cambio.
Los que honran al sauce llorón como representación de la Diosa y la muerte, cortan sus varas antes de Mabon. En las culturas germánicas se ofrendaba harina a Odín, dejando que el viento se la llevara.
Mabon es considerada una época de los Misterios. Es un momento para honrar a las Deidades Mayores y el Mundo Espiritual. Considerado como un momento de equilibrio, es cuando nos paramos a descansar y disfrutar de los frutos de nuestra cosecha personal, ya se trate de trabajos en nuestros jardines, trabajando en nuestros puestos de trabajo, elevando nuestras familias, o simplemente haciendo frente a la vida cotidiana
CORRESPONDENCIAS
Hierbas: Rosa, salvia, ciprés, avellano, maíz, álamo, calabazas, piñas de pino, manzanas, hiedra, benjuí, mirra y salvia, nardos.
Inciensos: Salvia, incienso puro, canela, ciprés, sándalo, pino, enebro, madreselva, mirra, benjuí.
Colores: Rojo, anaranjado, marrón, oro, ocre, amarillo, café, verde, dorado.
Comidas: Manzanas, nueces, pan, granos, frutas y verduras, maíz, calabazas, uvas, legumbres, carnes rojas, jarabe de moras, pan, granadas, galletas de avena.
Bebidas: Vino tinto, zumos de frutas rojas, sidra.
Piedras: Zafiro, ágatas amarillas, lapislázuli.
Velas: Verdes, marrones y azules, o de cera virgen.
Velas Para el festín a la mesa: naranjas y burdeos.
Ofrendas: Productos de la tierra: patatas, maíz, moras, flores de girasol, hojas caídas…
Mantel: color oscuro que simbolice tinieblas y el reposo de la Diosa.
Hora del día : Atardecer.
Animal: Cuervo.
Naturaleza: Tierra, Luna, oscuridad.
Propiedades: Equilibrio, agradecimiento, celebración, tolerancia, cosecha, reflexión.
Diosas: Core, Demeter, Modron, Morgan, Epona, Rihannon, Perséfone, Pamona y las Musas
Dios: Mabon, Cernnunos, Thoth, Thor, Baco, Odín, Hermes, y El Hombre Verde.
Mensaje: Comparte. Los Dioses nos dan mucho y piden poco a cambio.
Decoración del altar: Cuerno de la abundancia lleno de fruta de campo y bosque. Bellotas, piñas de pino y ciprés, tallos de trigo, figura de vaca con cuernos (Diosa), uvas, espigas, frutas, nueces, hiedra, calabazas, maíz, manzanas, flores de tonos óxidos, una vela blanca y otra negra para simbolizar el equilibrio del año, ramas de roble, hojas de otoño. Cesta de mimbre con frutos dentro como manzanas, y algunos frutos secos, como nueces, avellanas o bellotas, añadiéndole por encima algunas hojas o tallos de trigo, avena, cebada. Si quieres adornar el altar con flores, hazlo con las flores de la estación