19 de mayo de 2009

La Diosa: los mitos, deidades y arqutipos de la feminidad


(Emm este es un paréntesis entre mi relato de Orfeo, me falta un poco para terminar la segunda parte)

Mi relato de hoy es sobre la Diosa madre.


Hace un tiempo algo dije sobre la Diosa y un amigo me quedo mirando raro, -La Diosa?, a que te refieres?- Y de pronto me encontré en la difícil tarea de resumir años de estudio y creencias en pocas palabras sencillas de entender para alguien que no está habituado a los temas místicos ni es muy versado en historia... como explicarle lo que en este mundo masculino se ha dejado en el olvido?, como explicarle mi propio camino hacia la Diosa, lo que he recopilado de las creencias universales y arquetipos femeninos... como explicarle que sin la parte femenina de la divinidad este mundo está incompleto?

No le di muchas vueltas y le di una respuesta rápida de los complementos de nuestro mundo y de como se había dejado atrás el lado femenino de Dios... Pero siento que ha llegado la hora de profundizar sobre la Diosa:


Desde tiempos inmemoriales los humanos se han reunido entorno a ciertas figuras o símbolos representativos de lo divino en nuestro planeta, para invocar su bendición y protección. Por las circunstancias de vida, los humanos observaban la naturaleza mucho más que ahora y se guiaba por ella, reconociendo los ciclos de vida y muerte y sintiendo el gran poder de nuestra Tierra, a
quien vieron como la Gran Madre que nos da la vida y el sustento mientras que el cielo fue visto como el Dios Padre que con su lluvia (simiente) fertiliza la Tierra y permite la creación de la vida. En ese entonces se vivió en un equilibrio entre las fuerzas masculinas y femeninas de la divinidad y se crearon los cultos correspondientes a las manifestaciones de ésta: el Sol y la Luna y la madre tierra con el padre cielo. Esto era fácilmente asimilable ya que todas la hembras que se conocían son las que dan a luz nuevas crías y los machos son quienes proveen la simiente y la protección (salvo algunos casos de animales marinos y otras minorías de la naturaleza).

Era una etapa en la cual la Diosa pasó a ser el centro de los rituales, la divinidad se entendió como una gran mujer abundante, fértil y generosa, como lo demuestran las estatuillas y pinturas rupestres encontradas por los arqueólogos, las llamadas "venus". La mayoría de estas representaciones son seres redondos, abundantes y serenos. Según el siquiatra Carl Jung, la diosa madre es un concepto innato de la mente colectiva humana, pues es inherente a todos el apego hacia la madre en la infancia y considerarla un ser numinoso, que dicta lo bueno y lo malo de ese pequeño mundo infantil.

La Diosa tomo varias representaciones según el tiempo y el carácter de cada pueblo; se extendieron las visiones de la diosa madre, la diosa de la tierra, la luna el sol, el amor, la guerrra, los partos, la muerte y cada una de las etapas humanas y los ciclos de la naturaleza. Se complementaba con su contraparte masculina, padre, hermano, amante, hijo u adversario. En los distintos templos se celebraban los ritos de los ciclos de vida: nacimiento, fertilidad, madurez y muerte y de los ciclos naturales del año, equiparándose con distintas facetas de las diosas: doncella, madre y anciana. Una de las celebraciones más importantes eran los ritos de fertilidad, en los cuales las sacerdotisas y sacerdotes animaban al pueblo a copular en los campos para invocar buenas cosechas y asi tener abundancia y animales y campos siempre fértiles.

Es curioso como con la llegada de las religiones monoteístas, especialmente el cristianismo y el judaísmo, se fue abandonando la naturaleza divina del sexo y comenzó a reprimirse, siendo visto como un pecad
o y el origen de los males en el mundo. Poco a poco las sacerdotisas de las diosas se etiquetaron como las grandes prostitutas, dando a las mismas diosas el mote de demonios y acusándolas de alejar a los hombres del camino de lo "bueno y casto". Fue entonces cuando los grandes mitos fueron alterados y se enseñó que las mujeres y su libido son la causa de la mayoría de los males del mundo, que las mujeres no son el equilibrio de los hombres sino el resultado de algún demonio perverso que esta atento para desviar a los hijos del dios masculino, y que por lo tanto, son seres inferiores que no merecen consideración ni poseen derechos.

El arquetipo de las Diosas, es decir las diferentes representaciones de la diosa, tanto como doncella, madre o anciana han seguido subsistiendo en la conciencia colectiva pese al posterior periodo de oscuridad del culto femenino, que se vio arrasado por la llegada de la era de Aries y la de Piscis y el dominio en los cultos de los hombres, que se hicieron sedentarios y comenzaron a compartir las tareas de culto y organización de las comunidades, hasta entonces guiadas en su mayoría por matriarcados. En culturas de todo el mundo se observa como evolucionó (o involuciono) el sistema de creencias al llegar el monoteísmo a sus tierras.


Lamentablemente hasta el día de hoy vemos las repercusiones en el mundo del desprecio de los hombres hacia la naturaleza femenina y cómo se ha abusado de las mujeres en todo el mundo, sin que ellas puedan hacer nada contra un sistema que las ha educado y convencido de esto...

Pero el mundo está cambiando!
Desde comienzos del siglo pasado diversas organizaciones y personas han redescubierto el papel de la Diosa en nuestra humanidad, y con los descubrimientos arqueológicos hemos podido disfrutar nuevamente de muchos objetos de culto en los que se evidencia la importancia de valorar la femineidad de Dios y reconocer que cada una de nosotras posee el don de la Diosa intacto.

Han aumentado las organizaciones neopaganas que redescubren los ritos ancestrales a nuestra madre tierra y son muchas las personas que se estan acercando a las culturas nativas que jamás perdieron el contacto original con la naturaleza y nuestra verdadera identidad humana. Comprobando la efectividad de las medicinas naturales y el camino de paz y amor que se disfruta al reincorporar la Diosa a nuestros arquetipos divinos, respetando la importancia del equilibrio de lo femenino y lo masculino en nuestras vidas.

El Dios y la Diosa son observados como polaridades complementarias cuyo balance expresa la misma polaridad masculino-femenina que puede verse en la naturaleza. En algunas ocasiones son simbolizados con el Sol y la Luna; por estas asociaciones lunares, la Diosa es concebida en un aspecto de Triple Diosa como “Doncella”, “Madre” y “Anciana”, siguiendo los patrones lunares de las mujeres y nuestro camino en la vida, como guias de nuestros consortes, hermanos e hijos.
Sin embargo, se conserva la unidad de la divinidad pues el dios y la diosa son en realidad una sola fuerza creadora.





Notable esta frase que aparece en Las Nieblas de Avalon de Marion Zimmer Bradley:
"Todos los Dioses son un solo Dios, y todas las Diosas son una sola Diosa, habiendo un único iniciador para cada hombre: su propia verdad y el Dios que hay en el interior de ésta"

1 comentario:

Frexor dijo...

la caída del matriarcado siempre es algo interesante de leer, por lo personal lo he leípo bastante en los mitos de los selknam y yaganes del sur... por lo personal creo que si existe una deidad esta no sería sexuada... menos antropomorfa... y las caracteristicas imnatas de la masculinidad y femenidad estaría en esta Metadeidad...
o tal vez era una etapa necesaria... matriarcado-patriarcado- y luego algo mas
saludos